Cuarta etapa: Boujdour-Iraifia (69kms)
Vista de Cabo Boujdour
Empece la etapa dándome cuenta de que no eran 300 sino 340 los kms que me separaban de Dakhla. Pero peor podría ser.
De salida, nuevas explotaciones de fosfatos, una nueva mina encontrada a un paso de Boudour y ya en plena explotacion.
Durante
todo el camino, sobre todo los primeros 40kms, me acompañan acantilados
de vertigo, preciosas vistas del cabo Boujdour, con la ciudad al fondo.
El calor mas bien moderado y reposo a mediodia, como de costumbre.
Llama
la atencion como se reduce el trafico, siendo casi exclusivamente de
camiones y buses. Al lado de la carretera y al borde de los acantilados,
eso si, aparecen pescadores caminando, a veces
cargados con el fardo de su pesca. Saludan. Pocos de ellos hablan otra
cosa que no sea arabe o Hassaniya. Los mas mayores unas pocas palabras
en castellano. Los de origen marroqui, un poco de frances.
Cerca
de la llegada esta el antiguo oasis y pueblo pescador de Iraifia, aunque
ahora mismo deshabitado, generando uno de los nuevos pueblos de
colonizacion que esta creando Marruecos y que de momento son aldeas
fantasma.
Termino durmiendo a un paso de un acantilado. Un
atardecer increible y un ameno rato de conversación (En la medida de lo
posible) con dos pescadores.
Fútbol, fútbol, fútbol
Los señores de la foto no esperan que les regalen nada, ni es un mitin o una arenga religiosa del mullah de turno.
Todo este público y mucho mas, se concentraba en las calles de Boujdour por un buen sitio donde ver la final Brasil-USA de la Copa Federaciones de Sudáfrica.
Estés donde estés y más si dices spanish te van a hablar de fútbol, de si el Barça o el Madrid, de Messi, Iniesta, Raul, Etoo. Lo mismo da un cafetín en Ispahan, que un mercado en Bogotá o un pueblo de pescadores en Vietnam. Respondes con lugares comunes: que si tal equipo tiene mejor delantera, que juegan mas bonito. En el Sahara no es una excepción y eso que muchas personas de aquí no han pisado un campo de hierba en la vida.
Pero, guardadme un secreto. No me gusta el fútbol. Nadie es perfecto.
Quinta etapa: Iraifia-Lacraa (111kms) ¡El etapazo!
Para los mas valientes. 165kms de pista de tierra a traves del desierto.
Creo
que el titulo es bastante descriptivo y cuesta muy poco entender el
motivo de este etapon, con un viento de cola de mas de 50kms/h que me
llevaba sin pedalear a unas velocidades improbables para el cicloturismo
de alforjas de hasta 35 por hora.
La etapa ha tenido su parte
positiva en el recorrido, nuevos encuentros con pescadores y un desierto
mucho mas inclemente, con zonas de nula vegetación, arenales
interminables y calor sofocante. Aun asi, los sempiternos camellos
indican que en algun sitio hay agua y pastores que se internan en este
duro medio para hacerse cargo de estos animales, verdadero 4x4 del
desierto.
Tambien he atravesado la entrada a la carretera de
tierra que cruza dos provincias del Sahara hasta Bir Azarane y que no
hace tanto, enlazaba con Mauritania y luego Tombuctu.
Lo negativo:
Me robaron el movil en un pueblito llamado El-Buir, probablemente una
cuadrilla de chavales marroquies que merodean en torno a las paradas de
camiones, mendigando comida, un cigarro o haciendo pequeños trabajos
relacionados con la pesca.
Me asombra la desubicacion de estos
chavales marroquies, procedentes de los lugares mas diversos y que
terminan en mitad del Sahara sin nada que hacer, en un medio que les es
totalmente ajeno, pues suelen ser de grandes ciudades de lmas que son
expulsados por sus problemas con la justicia o abandonan ellos mismos.
No
les guardo especial rencor, aunque es un problemilla en cuanto a
comunicarme, teniendo en cuenta que el Buir y Lacraa son los dos unicos
telefonos disponibles en casi 200kms. Gracias al amable gasolinero de Lacraa que me presto su movil para anular el mio, por cierto. Para quienes me leeis y no lo sabeis, por eso no os llamo.
Finalmente dormida en Lacraa, pueblo de pescadores y lugar con cafeteria y estupenda cena.
Sexta etapa: Lacraa-Playa Nfirit (78kms)
Pescadores en Playa Ntirift
Paso el día envuelto en el izam, pañuelo tradicional saharaui, para que la arena que viene racheada no me maltrate tanto la piel.
Tras un buen trecho unos pastores me indican lo que yo entiendo un oasis, aunque agua tengo en mi depósito y no espero sea potable sin tratar. Lo que si espero es encontrar un remanso de agua con palmeritas, pero encuentro un par de humildes charcas con juncos alrededor. Objetivamente hay agua y rebaños de cabras y camellos que la aprovechan. No hay que ser tan peliculero, ni pensar que las cosas son como las imaginamos. Para las gentes del desierto esto es un tesoro, sin duda.
Glups! Se colgo el ordenador! Pero aqui sigo tras un rato y un te...
Me llama la atención la llegada a un punto que conserva su nombre en castellano, mezclado con árabe, pero sobre todo los campamentos de pescadores, malviviendo en condiciones infrahumanas en lo que en un principio he pensado era un campamento de refugiados.
La pesca es un recurso que genera muchos millones de euros, pero los pescadores no los disfrutan tanto por lo visto. Eso si, dinero para construir la cercana planta de procesado si que parece haber. Lo recordare la proxima vez que vea una conserva de pescado.
Visitante nocturno
Como ya dije, en el Badia hay vida nocturna, pequeña, discreta, silenciosa.
Me parece estupendo, pero otra cosa es que pretendan viajar de gorra o comerse la comida de mi tienda.
Supongo que este jerbillo lo entenderia asi, cuando lo eche de mi tienda despues de que me despertara con sus patitas sobre mi pecho.
Menos mal que no era una serpiente.
Me parece estupendo, pero otra cosa es que pretendan viajar de gorra o comerse la comida de mi tienda.
Supongo que este jerbillo lo entenderia asi, cuando lo eche de mi tienda despues de que me despertara con sus patitas sobre mi pecho.
Menos mal que no era una serpiente.
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