Día de chubasquero y de ruta corta, en que la densidad de población fue aumentando y a los lados de la carretera fueron apareciendo instalaciones industriales, sobre todo al dejar a un lado Gondomar, ciudad satélite de Oporto.
Es de agradecer que unos kms antes de llegar a Oporto la congestionada carretera 108 se convierta para los ciclistas en un apacible carril-bici que discurre paralelo al Douro y que entra a la ciudad a través de las zonas portuarias y algún museo no muy frecuentado, como el de la Imprenta.
Y, por fin, tras 762kms de ruta con tiempo cambiante, aunque con demasiada lluvia y en 10 etapas relativamente cómodas ¡Desembocó el Duero/Douro!
La verdad es que me costó rato decidir que había llegado a la desembocadura propiamente dicha, en el estuario de Oporto, donde se funde con un Atlántico bravío y que ese día estaba especialmente movido.
Acogida simpática por un grupo de pescadores, fotos de rigor y alegría, aunque aún había algo más de ruta que hacer.
Luego tocaba recorrer Oporto, pero ese episodio es para mañana...
La ruta del día, aproximadamente
Mirando al Atlántico...
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