lunes, 13 de enero de 2020

Pedaleando Cuenca en Otoño

Para mi vergüenza, pese a estar a un paso, Cuenca es una provincia que tan apenas conozco, así que me propuse en el puente de Todos los Santos poner remedio a esta carencia. Y adelanto que fue una estupenda idea.



En una cueva junto al Júcar

La primera cuestión fue logística: llegar a la provincia de Cuenca en transporte público desde Aragón.
Cuenca tiene hasta AVE pero la provincia no tiene comunicación directa con Aragón, pese a ser limítrofe. Tocó pues coger furgoneta y plantarme en uno de los pueblos que forman parte del Parque Natural Serranía de Cuenca. Una  joya de parque y una lástima no haberlo recorrido antes.





La zona de la Serranía de Cuenca combina actividad ganadera tradicional, sobre todo cabras y ovejas, con un paisaje geológico alucinante y una masa forestal considerable.
Otoño es una época estupenda para visitarla. Todo el entorno del Júcar está en plena caída de la hoja con todo un abanico de colores.
Yo no elegí muy bien los días, pero no tenía otros, pues me recibió un tiempo bastante desapacible que combinó lluvia con viento persistente a ratos y bastante frío.



Trashumancia desde los puertos de Teruel

Empecé desde el pueblo de Huélamo, no de los más conocidos de la zona, pero muy cerca de la carretera principal y mirador natural sobre el Júcar.
Desde Huélamo parte la llamada Ruta de la Lana, que recorre varios pueblos relacionados con la esquila y el traslado de la lana, que enlaza con el Camino de Santiago del mismo nombre.




En un corto paseo se llega a Uña, pueblo pegado a una laguna artificial que se ha naturalizado y es un enclave de pesca donde es fácil avistar aves y también tiene muchas posibilidades de paseos por la naturaleza.
Hay que aprovechar si se quiere hacer alguna compra, pues tiene la única tienda en muchos kilómetros.



Laguna de Uña

Desde Uña sale la carretera a Cuenca capital, pero unos pocos kilómetros más adelante se coge la CM-2104 que nos lleva a la Ciudad Encantada.
Fue una subida incómoda porque la carretera llevaba bastante tráfico durante el puente.
Para colmo de males llegué a la hora del cierre y tan apenas pude disfrutar de las formaciones geológicas únicas de la Ciudad Encantada. En realidad a paso de bici tampoco es un gran problema puesto que todos los alrededores están sembrados de fenómenos similares. Formas caprichosas fruto de lo que se llama erosión diferencial.



Haciendo el tonto en la Ciudad Encantada

Se me fue echando la noche encima y en una pedalada, de nuevo lloviendo, fui a parar a una cueva que hace de abrigo al poco de pasar el pueblo de Valdecabras, junto al Júcar. Toda la zona está sembrada de estas oquedades naturales y esta, que está a un paso de la capital, es muy frecuentada por excursionistas.



Camino de san Isidro, cerca de Cuenca capital

Para llegar a Cuenca, personalmente, creo que es mucho más recomendable la ruta por el Camino de san Isidro, que gana altura, ofreciendo una estupenda vista panorámica y entra en la ciudad por el arco de Bezudo.
Sobre la ciudad, pues mejor verla. Una estupenda elección. Patrimonio de la Humanidad, muy bien conservada... Solo un defecto: ni un puñetero aparcabicis en todo la zona histórica de la ciudad.






Saliendo de Cuenca opté por volver por otro camino al punto de partida. Otra vez subida hasta Buenache de la Sierra, un pueblo que lucha por no desaparecer y al que ha dado mucha vida el artista local Fernando, con su bar-museo y sus troncosaurios a la salida del pueblo. Land art para pasar un buen rato.





El paisaje cambió de nuevo. A los 1300-1400m de altura en que transcurre el recorrido prácticamente solo hay pino negro y sabinas. La despoblación es tremenda, no hay un alma en kilómetros. La zona tampoco tiene cultivos y una escasa ganadería, además de algunas zonas acotadas para la caza.



Fuente de las Tablas

Dormí en la Fuente de las Tablas, donde está situado un albergue que no está abierto al público salvo reserva para grupos. De todas formas plantar una tienda de forma discreta o buscar algún techado donde instalarse a salvo de la lluvia tampoco es un gran problema. Aún así hay una pequeña oferta de casas rurales y apartamentos turísticos en toda la zona.



Desde allí hay otra corta tirada hasta Beamud, donde me pilló otro chaparrón y un viento racheado típico del alto de sierra en que se halla la zona.

La pista entre Buenache y Beamud

Para variar no había nada abierto hasta llegar a Huélamo de nuevo, donde me pude tomar un café. 
De camino, eso sí, hay unas cuantas zonas donde parar e incluso hacer fuego en temporada, alguna tan interesante como el ahora derruido molino de Juan Romero, a la orilla del Júcar. 
Visita fugaz a Cuenca, ganas de volver, espero que con mejor tiempo. Y una recomendación: si no conocéis la provincia hacedlo. Y si es en bici, mucho mejor.



Ficha técnica
Recorrido circular Huélamo-Ciudad Encantada-Cuenca-Buenache-Huélamo
Del 1 al 3 de Noviembre 2019
Kilómetros recorridos 136
Temporada recomendada: de mayo a noviembre