lunes, 9 de junio de 2014

Vuelta a casa. Hasta pronto, Sáhara

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Empezaba el blog hablando de la necesaria memoria, de viajar, mirar y tomar nota. De la importancia que tiene para mí el no ser un simple observador pasivo, sino contar lo que veo y tomar partido. Al hilo de esto creo que nos vendrá bien un ejercicio de memoria, que puede ser útil para hacernos una composición de lugar de la injusticia social y económica cometida en el Sáhara.
En los años 70 y 80, cuando la posible independencia del Sáhara estaba en el candelero, alguien se molestó en sacar cuentas de los ingentes recursos económicos de lo que había sido el Sáhara Español.
Teniendo en cuenta la producción de fosfatos, los grandes bancos de pesca y una incipiente agricultura, a lo que había que sumar el recurso de la energía solar, en aquel entonces en pleno proceso de desarrollo, dividido por la escasa población del territorio salia una renta per cápita similar a la de Kuwait.
Ahora bien, la realidad hoy en día es muy otra.
165.000 saharauis viven aún refugiad@s en los campos de Tindouf en Argelia, separados por el muro que ha construido Marruecos. Los miles que viven en el territorio mantienen su cultura, lengua y costumbres pero desempeñan los oficios más humildes o bien siguen viviendo de la pesca de subsistencia o el pastoreo nómada de camellos y cabras.
Respecto a los marroquíes asentados en el territorio, si no son militares o gendarmes (Que son legión), regentan pequeños negocios o bien tienen trabajos muy duros generalmente en la pesca o la minería. Eso sin contar la gran bolsa de desempleados, provenientes de grandes ciudades, que viven de trabajos esporádicos y que yerran por un territorio que no es el suyo.
Así pues, lo que podria ser un país próspero es una de las regiones más pobres de Marruecos a mayor gloria de las importadoras de pescado o las multinacionales de los fosfatos, cuyos beneficiarios puede que ni tan siquiera sepan situar Laayoune, Dakhla o Smara en un mapa.
Pero los saharauis miran al futuro, como yo ahora miro hacia Zaragoza, mi ciudad y mi realidad. Como las dos mujeres de la foto miran al Atlántico envueltas en sus melhfas. Como yo miro, si me dejan, siempre un poco mas lejos.

Post data

Noticias de Laayoune


Escribe Circoa desde Laayoune (Lo pego debajo), mientras otras tres ciclistas han emprendido un viaje similar al mío, recorriendo aquella tierra que se me hizo tan querida, donde la injusticia de un pueblo exiliado sigue clamando por injusticias como ésta:
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=538435
Mucha suerte, muy especialmente a Pili, que me facilitó mapas y topografía para mi recorrido saharaui.
6.11.2009
Que pasa cuando uno es incapaz de explicar y abarcar una situacion que no le pertenece, que no sufre, pero sin embargo se encuentra en ella. Como en una pelicula de ciencia ficcion donde golpean (sin sangre) a los personajes en batallas  cosmicas y la gente disfruta en las butacas de un cine con mas de 3500 luces en el centro comercial de moda de sus ciudades.
Igual? Los personajes estan aqui delante mio, me ensenan las cicatrices de sus batallas, me cuentan las historias interminables de su dia a dia, y a la vez preparamos la comida, el te, reimos y bailamos; nos miramos a los ojos como seres de planetas diferentes y nos abrazamos fuerte, como deseando que por fin algo de aqui y de alla se toque, se equilibre.
"El problema", los personajes estan en mi corazon, bien asentados desde hace ya algunos anos. Entonces: como separar realidades, como estar aqui sin estar alli, y como normalizarlo, sin tener mi cabeza aqui.
Inevitablemente, esta visible el otro bando, me permito decir el de los "MALOS", ellos estan en las calles, se pasean libremente con su traje superespacial, con todos los complementos que requiere su papel: pistola o metralleta, porra, cinturon portabalas y un millar de bolsillitos que la verdad ni quiero saber que guardan.
Cabeza de malo bien alta, sin sonrisa por supuesto, el papel de torturador nunca lo puede hacer alguien risueno.
Ellos golpean, persiguen, torturan; vigilan, violan, manipulan,... ese es su trabajo, con salario mensual por supuesto.
Mientras continua la batalla en las calles, yo permanezco aqui, en sus casas, conversando, posponiendo mi vuelta a marte, planeando con mis companeras saharauis un futuro mejor, porque este es nuestro papel decisivo (y aqui os cito con todo mi carino amigas radiofonicas), somos mujeres que conectando luchas trabajamos para lograr el mundo que deseamos.
Simplemente: JUSTICIA.


Un abrazo muy fuerte desde las calles de El Aiun ocupado, capital del Sahara Occidental.
CIRCOA

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